Michiaki Takahashi, cuya experiencia personal con su hijo, cuando éste contrajo varicela a la edad de 3 años, le condujo a desarrollar una vacuna contra el virus de la varicela que continúa vigente en todo el mundo, falleció el lunes, 16 de diciembre (2013) en Osaka, Japón, a los 85 años de edad.
Durante el primer cuatrienio de las década de 1960 Michiaki Takahashi centraba su investigación en el sarampión y la poliomielitis en Japón. En el año 1964 se trasladó al Baylor Medical College, en Houston, Texas, Estados Unidos. Allí su hijo, Teruyuki contrajo varicela. En una entrevista con The Financial Times, el Dr. Takahashi refería la experiencia: “mi hijo desarrolló una erupción cutánea en la cara que, rápidamente, se extendió al resto del cuerpo. Los síntomas progresaron de manera vertiginosa, y su situación se tornó muy grave. La fiebre aumentó de modo extraordinario y comenzó a respirar con dificultad. Se hallaba en una situación terrible, y mi esposa y yo solo podíamos vigilarlo con estupor día y noche. No podíamos dormir. Parecía tan enfermo que recuerdo la amarga experiencia como si la estuviese reviviendo”. Por suerte, los síntomas de Teruyuki comenzaron a mejorar y pronto se había recuperado por completo. La amarga experiencia fue un acicate para el desarrollo de una vacuna contra la varicela.
Tras un año en Estados Unidos, Michiake Takahashi regresó a Japón en 1965; y a lo largo del siguiente desarrolló una primera versión de la vacuna contra la varicela. Ya en el año 1972, se habían llevado a cabo estudios clínicos con la vacuna. Y en los años siguientes Japón y otros países iniciaron extensos programas de vacunación. Sin embargo, la Food and Drug Administration (F.D.A.) norteamericana no autorizó la primera vacuna contra la varicela (Varivax®) hasta el año 1995. Las razones para explicar este retraso se hallan en que la inmunidad que la vacuna proporcionaba no era suficientemente prolongada, que la vacunación llevaba asociada numerosos efectos adversos; y que la varicela no era una enfermedad con la gravedad suficiente para instaurar un programa de vacunación.
La varicela está causada por el virus varicela-zoster, una variante del herpes. Cuando una persona se contagia con el virus, padece la infección y, de sólito, se recupera sin secuelas. Pero el virus no se elimina del organismo. Antes bien, se oculta en las células nerviosas (neuronas, células de glía) durante años, incluso décadas, emergiendo en los adultos en forma de un cuadro clínico dérmico muy doloroso.
El Dr. Takahashi preparó la vacuna usando virus vivos, cuya virulencia se conseguía menguar mediante el cultivo en células humanas y animales. La vacuna no da lugar a síntomas clínicos, pero desencadena la producción de anticuerpos contra el virus.
La vacuna de Michiaki Takahashi es la única vacuna frente a cualquier versión de los virus herpes-zoster.
En el año 2006, el CDC (acrónimo de Centers for Disease Control and Prevention) comenzó a recomendar la administración de una dosis de refuerzo en las campañas de vacunación contra la varicela. El protocolo de administración consiste en inyectar una primera dosis cuando los niños tienen entre 12 meses y 15 meses; y una segunda dosis (dosis de refuerzo) a una edad entre 4 años y 6 años.
Antes de la autorización de la vacuna contra la varicela en el año 1995, la F.D.A. norteamericana afirmó que prácticamente el total de los adultos se contagian por el virus herpes-zoster. Solo en Estados Unidos, alrededor de cuatro millones de personas contraen varicela en su edad adulta, dando lugar a unas 11.000 hospitalizaciones, de las que fallecen entre 100 y 150 personas.
Hoy día, la varicela, a semejanza de otras enfermedades infantiles para las que existen vacunas desde mucho antes que para la varicela (vg, sarampión, rubéola y poliomielitis) es un problema médico del pasado. En un estudio prospectivo se observó que un pequeño porcentaje de niños a quienes se les administraba una dosis de la vacuna contra la varicela contraían la infección, es verdad que con una sintomatología leve o moderada; pero, tras la administración de una segunda dosis de vacuna, no se notificaba ningún nuevo caso de varicela.
Michiaki Takahashi había nacido el 17 de febrero de 1928 en Osaka, Japón, graduándose en la Universidad de dicha ciudad en el año 1954.
Antes de desarrollar la vacuna contra la varicela, el Dr. Takahashi colaboró en la obtención de otras vacunas, tales como la del sarampión y rubéola. Hasta no hace mucho formó parte del panel de directores de la Fundación de Investigación para Enfermedades Microbianas en la Universidad de Osaka.
Le sobreviven su esposa, Hiroko, y su hijo, Teruyuki, aquel que contrajo la varicela cuando niño y sirvió de estímulo para el desarrollo de tan trascendente vacuna.
Actualmente en España existe un absurdo debate acerca de la conveniencia de vacunación infantil contra la varicela que ha llevado a la prohibición de venta de la vacuna en algunas Comunidades Autónomas. No se han explicado las razones de tal desbarajuste. Pero, indudablemente, lo que trasciende de este modo de proceder es la ignorancia y estulticia de las administraciones provincianas y la falta de una regulación sensata fundamentada en criterios de Salud Pública.
Zaragoza, 31 de diciembre de 2013
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria