La educación del futuro es digital

El escenario educativo actual se presenta con nuevos desafíos y oportunidades para los jóvenes, de cara al futuro, inmediato y a futuro. Las tecnologías modernas abarcan cada vez más espacio en la currícula, tomando un rol protagónico en el futuro de la enseñanza.

El sistema educativo tradicional y su incompatibilidad con el avance tecnológico es una de las principales preocupaciones que exigen un cambio a nivel global. El mundo reclama una transformación que rompa con la educación estandarizada, básica y universal como se conoce hoy, rescatando y adaptando sus puntos fuertes a las nuevas formas y prácticas que ya se están implementando en muchos países, como por ejemplo en España con Horitzo2020, Escola Nova 21 y el Colegio Montserrat.

Asimismo, en Latinoamérica se encuentra el colegio Aleph en Perú, una institución innovadora que trabaja el aprendizaje basado en proyectos; Avenues en Brasil y Estados Unidos; y también las Escuelas Fontán en Colombia, que impulsan un modelo de colegios sin horarios ni materias.

Proyectos nacionales

En los últimos años, Argentina se convirtió en un laboratorio de experiencias que buscan dar respuesta a las demandas de los nuevos alumnos, a través del diseño de prácticas y modelos educativos innovadores. Ya sea mediante políticas nacionales y provinciales, o por el impulso de organizaciones de la sociedad civil, es claro que el cambio no sólo es necesario, sino que además es posible.

Algunos ejemplos locales son el Proyecto Eutopía, un modelo de transformación de la escuela secundaria que desde 2017 se caracteriza por ser colaborativo e inclusivo, que trabaja en red con 16 escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 41 directivos, 120 docentes en forma directa y más de 800 en forma indirecta, y cerca de 6.000 estudiantes; o The Global School (TGS), una nueva propuesta educativa que nació este año en la provincia de Buenos Aires, cuya oferta abarca a cerca de 200 niños y niñas, desde sala de 2 años hasta el nivel secundario.

Rediseñar la escuela

Las tecnologías de la información y la comunicación llegaron para quedarse y cada vez están más presentes en la vida de las personas, principalmente en los jóvenes. Así lo demuestra una investigación realizada en escuelas de la ciudad de Buenos Aires por el Centro de Estudios, Investigaciones y Opinión de la Defensoría del Pueblo, donde entre otras cosas señala que el 94% de los alumnos de sexto y séptimo grado -de escuelas públicas y privadas- tienen un celular propio y más de la mitad lo consiguió entre los 10 y 11 años.

Este fenómeno se da en todo el mundo, de acuerdo a un estudio de Unicef, la relación de la tecnología con los más jóvenes es cada vez más fuerte: el 51% de los chicos y chicas usa Internet todo el tiempo; el 96% utiliza redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram; el 82% utiliza WhatsApp; el 41% utiliza su cuenta de e-mail; el 93% busca información en la red a través de Google; el 80% utiliza Internet para hacer tareas escolares; y el 60% de los adolescentes se conecta a Internet en la escuela.

La tecnología es una realidad presente entre los jóvenes y no tiene retorno, para adaptarse y sacarle el mejor provecho, es necesario debatir e interpelar las prácticas de enseñanza para problematizar el modelo escolar actual y asumir el desafío de buscar nuevos formatos pedagógicos que incluyan a las TIC.

Luciana Alonso, directora de la Red de Escuelas Utopía, señala: “La tecnología en la educación es una oportunidad para rediseñar el campo educativo, las escuelas, las prácticas de enseñanza y los procesos de aprendizaje”. Y advierte: “Es necesario derribar el mito de que las tecnologías motivan más o convocan emocionalmente a los estudiantes. Si bien pueden recuperar rasgos propios de su cultura, son las propuestas educativas las que potencian los aprendizajes, no los dispositivos”.

La era digital llegó para quedarse y reclama la atención y acción de todo el ecosistema educativo para trabajar en una transformación cultural-educativa necesaria, que rompa con las estructuras tradicionales y estáticas, con el objetivo de potenciar el aprendizaje y pensamiento crítico de los jóvenes de hoy y del mañana que se van a encontrar con nuevas carreras y demandas propias de un mundo en constante movimiento. 

FUENTE https://www.cronica.com.ar

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