8 DE MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER. IGUALDAD DE DERECHOS, OPORTUNIDADES Y PARTICIPACIÓN PARA TODAS LAS MUJERES, PARA NIVEL INICIAL.

A partir de este material se propone formular preguntas a las niñas y los niños que promuevan experiencias de vida más igualitarias.

“De nuevo, cuando hablo de minorías no me refiero a un número sino a un índice de subalternidad. Las mujeres, por ejemplo, eran y siguen siendo una minoría…”
(Preciado, Paul B., Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce, 2019).


La sociedad y la escuela se detienen para recordar ciertas fechas que resultan significativas por distintos motivos. Esta puede ser una buena ocasión para analizar y contrastar diferentes miradas y también para compartirlas con las chicas y los chicos más grandes del jardín de infantes dando inicio, en este caso, a un trabajo que sin dudas se desplegará durante todo el año en cada momento de la vida escolar.

El 8 de marzo de 1857¹ un grupo de obreras textiles de Nueva York murió en un incendio, luego de que se declararan en huelga. Entre las distintas demandas que se han documentado, el paro perseguía una reducción de la jornada laboral, un salario igual al que percibían los hombres que realizaban las mismas actividades y la mejora de las arduas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue el incendio de las instalaciones y la muerte de las obreras que se encontraban en el interior.

A inicios del siglo XX, en varias ciudades de Estados Unidos y de Europa, el día 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en homenaje a este conjunto de obreras y como un modo de reconocer la lucha de muchas mujeres por su participación igualitaria en la sociedad. Hacia 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) institucionalizó esta fecha como el Día Internacional de la Mujer.

Desde un tiempo a la actualidad, cada 8 de marzo, una cantidad innumerable de colectivos sociales en el mundo entero salen a las calles en pos de la promoción de la igualdad de derechos. Desde 2017, muchas mujeres encabezan de forma auto convocada el Paro Internacional de Mujeres para denunciar que siguen teniendo menores sueldos que los varones por realizar un mismo trabajo, que las tareas domésticas no remuneradas generan una doble jornada laboral –fuera y dentro del hogar– e impactan en las posibilidades de trabajar, de estudiar y de gozar de un tiempo de esparcimiento. A su vez, la situación de aislamiento social obligatorio como consecuencia de la pandemia potenció aún más las desigualdades de género.

Las mujeres siguen conquistando derechos, pero estas conquistas no son similares en todos los sectores sociales, ni en todas partes del mundo. El género es una relación social de poder que se amalgama con otros condicionamientos socioculturales, políticos y económicos, con efectos que son tanto materiales como simbólicos: constituye nuestras ideas y modos de ser, y también nuestras experiencias y oportunidades de vida. Estas premisas configuran, desde nuestra niñez, prejuicios, prácticas discriminatorias y estereotipos de género como mandatos acerca de cómo debemos y podemos vivir y desear. La desigualdad atraviesa así, de manera compleja e incluso a veces imperceptiblemente, la vida cotidiana de las comunidades, las familias y los jardines, y se acrecienta cuando se trata de niñas, de mujeres ancianas, mujeres migrantes o mujeres indígenas.

En contraste con un mandato biologicista, binario y excluyente que prefigura y naturaliza una única forma de ser mujeres, esta fecha pone de relieve que se trata de una categoría social y política cuyo contenido no está exento de luchas y negociaciones acerca de quiénes somos y cómo nos significamos, qué deseamos y cómo podemos vivir las mujeres, los hombres y cualquier identificación sexo-genérica. 

El 8 de marzo se presenta una vez más como ocasión para repensar los jardines de infantes en sus múltiples intersticios: desde la manera en que concebimos el propio lugar docente y organizamos la enseñanza, las relaciones que establecemos con los grupos familiares (cómo pensamos la maternidad y la paternidad, y la distribución de tareas dentro de las familias) hasta las decisiones sobre las propuestas didácticas y los modos en que intervenimos en relación con las interacciones y dinámicas grupales.

Construir escuelas más justas en términos de la igualdad de género, es un trabajo cotidiano, paciente, atento a los detalles y sostenido en el tiempo, en el que las y los docentes tenemos la responsabilidad de poner en cuestión nuestro sentido común y nuestras prácticas. Para ello, los intercambios entre colegas resultan indispensables de modo que las otras miradas permitan interrogar y enriquecer la propia.

Sin duda, esta fecha se vuelve una ocasión para profundizar la perspectiva de género en la búsqueda por desnaturalizar, con niñas y niños, los sentidos tradicionales de la feminidad y masculinidad, dentro y fuera del jardín, y su íntima relación con la legitimación de las desigualdades, poniendo de relieve sus propias voces.

Las iniciativas pedagógicas en torno a estas temáticas², antes que prescribir formas correctas y deseables de comportamiento –sea cual fueren–, constituyen una valiosa oportunidad para cuestionar las formas establecidas e instalar la pregunta por la justicia respecto de estas construcciones. Se trata de continuar imaginando y fortaleciendo un modo de hacer escuela que promueva experiencias de vida más igualitarias para las niñas y los niños en tanto condición necesaria para garantizar la defensa plena de los Derechos Humanos.

Por tratarse del comienzo del ciclo escolar en este contexto tan singular de regreso a las salas, seguramente estaremos en condiciones de dar inicio a un trabajo que se irá desplegando durante todo el año tanto en propuestas de enseñanza que permitan potenciar el abordaje de este eje como en una articulación significativa con los contenidos de otras áreas, así como también en la construcción de una mirada colectiva sobre la vida del jardín en su conjunto.

Compartimos algunas escenas para conversar con chicas y chicos:

Un problema en el patio del jardín

Tal vez esta situación ya haya sido vivida por las chicas y los chicos en sus jardines de infantes.

En el patio del jardín de infantes hay un grupo de varones jugando con una pelota y ocupa gran parte del espacio. También hay un grupo de niñas que juega a la ronda y que tiene que correrse cada vez más porque el juego de los niños interrumpe el suyo. Y las niñas terminan en un rincón pequeño del patio. Una de las nenas se acerca a la maestra para quejarse porque no tienen espacio para jugar y agrega que tampoco las dejan participar del juego de los nenes.

• ¿Qué piensan sobre lo que les pasa a las niñas en esta situación? ¿Y sobre lo que dicen los niños? ¿Cómo podría resolverse este problema de modo que todas y todos queden conformes? ¿Les pasó alguna vez esta situación o alguna otra parecida? ¿Qué hicieron?

• ¿Están de acuerdo con que los nenes no dejen jugar a las nenas a determinados juegos en la sala o en el patio, o que las nenas no dejen participar a los nenes en otros juegos? ¿Por qué?


Un sector de juego en la sala

¿Sabían que durante mucho tiempo el sector de dramatizaciones de la sala se llamaba “rincón de la casita”?

• ¿Qué les parece que significa “jugar a la casita”? ¿Por qué piensan que habrá cambiado de nombre? ¿Qué elementos suelen encontrar en este sector? ¿A qué pueden jugar con ellos? ¿Necesitarían incorporar otros objetos diferentes para así sumar otros juegos? 

• Cuando juegan en este sector: ¿hay algunas actividades (como cocinar, cuidar a los bebés, limpiar, trabajar) que solo son realizadas por las nenas o por los varones? ¿Cuáles? ¿Por qué creen que es así?


BIBLIOGRAFÍA:

• Dirección Provincial de Educación inicial en Programa Provincial de ESI – Dirección de Promoción de Derechos Direcciones de Nivel y Modalidad de la Subsecretaría de Educación: Documento de Trabajo Conjunto Prevención y erradicación de las violencias por razones de género, Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, 2020.

• Ministerio de Cultura Argentino: Por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

• Preciado, Paul B.: Un apartamento en Urano. Anagrama, Buenos Aires, 2019.

¹ La fecha varía según las diferentes reconstrucciones: 8 de marzo de 1857, 1907 o 1911.
² Para más desarrollo consultar las siguientes propuestas didácticas: Los trabajos de varones y mujeres en el jardín de infantes. Un itinerario didáctico para repensar las masculinidades en la escuela.

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