“Nuestra vida política debe ser un certamen de honor y de competencia; y cuando nos hayamos organizado bajo esos severos preceptos morales y hayamos ocupado el puesto que nos está señalado en la marcha del mundo, recién entonces podremos experimentar la dulce y retemplada melancolía que produce la conciencia del deber cumplido en su más alto concepto.” Leandro N. Além