VÍCTOR MERCANTE EN SAN JUAN (1890-1894)

¡La conducta! ¡Qué problema, en aquellas aulas con 50, 60 y 70 alumnos! […]. Expulsábamos y readmitíamos, pero no apagábamos aquel volcán en el que se mezclaban tercos, divertidos, tontos, perversos, truhanes, buenos, tranquilos, educados, graciosos, serios, locuaces, taciturnos. Era pues, la humanidad brutalmente amontonada en un salón para ser domesticada por un maestro (Mercante, 1944: 120).