ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DEL AÑO 1813

La Asamblea introdujo profundos cambios políticos y sociales que resultaron trascendentales para nuestra soberanía popular, ratificando su vocación de independencia, libertad e igualdad plasmadas en sus disposiciones fundacionales.

Asamblea General Constituyente del Año XIII

Fue convocada por el Segundo Triunvirato de las Provincias Unidas del Río de la Plata que había accedido al poder en 1812, inspirada por la idea de Carlos María de Alvear, Bernardo de Monteagudo y apoyada por el General José de San Martín. Se inauguró el 31 de enero de 1813.

Su propósito manifiesto era la emancipación y constitución del Estado de las Provincias Unidas. Se declaró soberana y asumió la representación de las provincias. Entre sus novedades, se encontró la ausencia del juramento de fidelidad a Fernando VII.

Las personalidades más notables de aquella época integraban la Asamblea Carlos María de Alvear, Bernardo de Monteagudo, diputado por Mendoza, Gervasio Posadas, Vicente López y Planes, Hipólito Vieytes, entre otros conformaron el ilustre cuerpo.

La Jura de los diputados

“… ¿prometen a la patria desempeñar fiel y exactamente los deberes del sublime cargo… promoviendo los derechos de la causa del país al bien y felicidad común de la América? “La Asamblea destacaba un marcado “americanismo”. Así se expresaba en el Juramento que los diputados convocados firmaron.

Durante su transcurso los intereses sectoriales dividieron a los diputados lo que terminó con una postergación de la Declaración de la Independencia. Años más tarde, el glorioso Congreso de Tucumán, en julio de 1816, proclamó “a la faz del mundo tan suprema y solemne decisión”.

No obstante, durante la Asamblea se establecieron una serie de resoluciones de gran importancia, entre ellas:

  • Acuñación de la moneda nacional. Borró la efigie real de la moneda y acuñó otra con las armas de la Asamblea y la leyenda rebelde: “en unión y libertad”;
  • Establecimiento del Escudo y el Himno;
  • Abolición de la inquisición y las torturas;
  • Supresión de los títulos de nobleza;
  • Libertad de vientres;
  • Realización del Censo Nacional;
  • Establecimiento de la Facultad para la enseñanza de la Medicina;
  • Enarbolar la Bandera de Manuel Belgrano;
  • Disposición para celebración de las Fiestas Mayas.

Pero también derogó:

  • La mita;
  • La encomienda;
  • El yanaconazgo;
  • y el Servicio personal de los indios, bajo todo concepto y sin exceptuar el que prestaban a las iglesias o a sus párrocos.

Esto ocurrió el 12 de marzo de 1813 reafirmando un decreto de la Junta Grande, que establecía que los indios debían ser tenidos por hombres perfectamente libres y en igualdad de derechos.


La jornada inaugural

El 29 y 30 de enero celebraron los diputados en Buenos Aires dos reuniones preparatorias y el 31 se inauguraba solemnemente la Asamblea. Carlos María de Alvear, elegido presidente por unanimidad, Bernardo de Monteagudo, representante por Mendoza, Gervasio Posadas, Vicente López y Planes, Tomás Valle, entre otros.

“Si hubiéramos de calcular los designios de la naturaleza por el resultado práctico de los sucesos humanos, sería preciso suponer que la esclavitud era el dogma más análogo a nuestro destino, y que él debía ser la única base de las primeras combinaciones de un legislador. Pero aunque el cuadro del universo nos ofrece por todas partes, sino un grupo de esclavos envilecidos por la servidumbre, o acostumbrados ya a la servidumbre, o acostumbrados ya a la tiranía; y aunque los esfuerzos de las almas libres, al fin sólo han servido de trofeos al despotismo, presentando en la historia de los pueblos una constante alternativa de gloria y degradación: sin embargo, la libertad existe en los decretos de la naturaleza, y por su origen es independiente de todas las vicisitudes de los siglos”.

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